Beatriz Martín del Campo, Universidad de Castilla-La Mancha
En los años 40 del siglo pasado, el pediatra estadounidense Benjamin Spock escribió un libro que se convirtió en un best seller. The common sense book of baby and child care fue traducido a más de 30 idiomas y, en España, se publicó en 1956, marcando un hito en la literatura sobre la crianza y el cuidado infantil en el país. La última edición, ampliada y actualizada, fue lanzada en 2007.
Además de ser el pediatra más influyente del mundo, el doctor Spock fue un reconocido activista por la paz, oponiéndose a la guerra de Vietnam y manteniendo una vida política muy activa.
Pero ¿qué hizo tan famoso este libro? ¿Por qué las madres de todo el mundo lo encumbraron hasta el puesto 17 de los libros más vendidos de la historia? Una de las premisas fundamentales del doctor Spock es que el conocimiento intuitivo de las madres sobre la crianza de sus hijos es más valioso que el de cualquier experto. Frente a los profesionales que, según él, privaban a las madres de su sabiduría natural como mamíferas, Spock ofrecía consejos que reforzaban la confianza en la intuición y el instinto maternal.
Sin embargo, todo enfoque tiene su némesis. En este caso, la crianza con respeto promovida por Spock contrastaba profundamente con la propuesta de Richard Ferber, cuyo libro Solucione los problemas de sueño de su hijo, publicado hace casi 40 años, también fue un éxito de ventas. La diferencia clave entre ambos enfoques radica en su visión del desarrollo infantil y en cómo los padres deben responder a las necesidades de sus hijos.
Naturaleza innata o adiestramiento conductista
El doctor Spock, influenciado por el enfoque rousseauniano, defendía que los padres debían confiar en la naturaleza innata del niño, permitiéndole evolucionar hacia un estado óptimo de desarrollo a través del amor, la empatía y la conexión emocional. Su método alentaba a los padres a ser sensibles y flexibles con las necesidades de sus hijos, incluido el sueño, evitando estructuras rígidas que pudieran interferir en el bienestar emocional.
Por otro lado, Ferber ofrecía un enfoque más conductista, proponiendo técnicas de adiestramiento específicas para enseñar a los niños a dormir solos y evitar los despertares nocturnos. El método Ferber, conocido como “llanto controlado”, sugiere dejar que los niños llorar durante ciertos períodos de tiempo antes de ser consolados. Para Ferber, el bienestar familiar se alcanza a través de la implementación de rutinas estrictas que garanticen que tanto padres como hijos puedan dormir sin interrupciones.
El debate en España
Este mismo debate ha tenido su eco en el contexto español con dos figuras clave de la crianza: Carlos González y Eduard Estivill, cuyos libros también se han convertido en best sellers.
Carlos González, defensor de la crianza con apego, aboga por una relación basada en el respeto de las necesidades emocionales y físicas del niño, fomentando el colecho, la lactancia prolongada y la atención cuidadosa y permanente como pilares de un desarrollo saludable. En contraposición, Eduard Estivill, con su popular método del sueño infantil, defiende un enfoque más estructurado, similar al de Ferber, en el que los padres deben seguir rutinas estrictas para enseñar a los niños a dormir solos.
Sin embargo, no es lo mismo escribir sobre crianza en la época del doctor Spock que hacerlo ahora. Los cambios sociales del papel de la mujer en la sociedad y la forma de ser madres ha cambiado mucho las perspectivas sobre la crianza.
La crianza, un campo de batalla ideológico
Las dificultades de conciliación laboral y familiar, que afectan principalmente a las mujeres, han hecho que la guerra de las madres se intensifique, dividiendo opiniones sobre el mejor enfoque para criar a los hijos. En este contexto, la crianza se ha convertido en un campo de batalla ideológico en el que las decisiones personales, como la lactancia, el colecho o la vuelta al trabajo, se ven a menudo juzgadas bajo la lupa de las expectativas sociales.
Este conflicto refleja la presión que sienten muchas mujeres, atrapadas entre los ideales de la “madre perfecta” y las exigencias de una carrera profesional. A medida que el rol de la mujer ha evolucionado, también lo han hecho las expectativas y tensiones en torno a la maternidad, creando un debate constante sobre qué significa ser una “buena madre” en el mundo moderno y alimentando la división entre diferentes filosofías de crianza.
Reivindicar la autonomía materna
Es interesante destacar que, hasta este punto, solo hemos hecho referencia a cuatro autores, todos ellos médicos y, además, hombres. Sin embargo, las más afectadas por las distintas filosofías de crianza son las mujeres, ya que la carga del cuidado de los hijos sigue recayendo principalmente sobre ellas.
En los últimos años, muchas madres han comenzado a rebelarse contra la autoridad de los expertos que intentan imponer sus ideologías sobre cómo criar a los niños, ya sea en temas como el sueño, la alimentación o la disciplina. Este rechazo a las prescripciones de los especialistas refleja un deseo creciente de reivindicar la autonomía materna frente a la autoridad de los expertos.
Se podría citar a autoras como Naomi Stadlen y su libro Lo que hacen las madres, sobre todo cuando parece que no hacen nada (2005), donde argumenta que la experiencia de ser madre es infravalorada por la sociedad y los expertos, o bien a Judith Warner en Una auténtica locura: La maternidad en el siglo XXI, que analiza cómo las presiones sociales y las voces expertas crean una ansiedad constante en las madres modernas.
En español, no podemos de dejar de citar a la española Carolina del Olmo y su libro ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista, en el que explora cómo las madres de hoy se enfrentan a la crianza en un entorno que, lejos de brindar el apoyo comunitario de épocas pasadas, fomenta el aislamiento y la soledad. Del Olmo Critica el hecho de que, en lugar de encontrar redes de apoyo, las madres se ven rodeadas de expertos y teorías que les imponen maneras de criar a sus hijos, sin considerar las circunstancias particulares de cada familia.
Tesis, antítesis y síntesis: apoyo a las familias
En definitiva, las distintas perspectivas de crianza han sido planteadas como tesis y antítesis a lo largo de la historia, proponiendo o bien una crianza centrada en el bienestar del niño o bien en el bienestar de los adultos.
Pero hoy en día encuentran su síntesis en perspectivas que abogan por la autonomía materna y una toma de conciencia social de las necesidades de apoyo que tienen las familias para llevar a cabo una de las tareas más importantes en nuestra comunidad: la crianza de nuevos ciudadanos.
Beatriz Martín del Campo, Profesora Titular de Universidad. Psicología Evolutiva y de la Educación., Universidad de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.